-No mirés nunca debajo de mi cama- le pidió la viuda a su nueva pareja.
-¿Por qué, mi amor?- le preguntó él.
-Porque ahí descansan las almas de mis siete maridos anteriores- contestó ella.
Al octavo no lo mató la curiosidad, lo mató el insomnio.
O.V.B.
3 comentarios:
Muy bueno!!!
Esto me recuerda la frase que mi viejo siempre decía y aún dice:
-Nunca pongas la mano donde la puso el muerto
Marcelo
ME encanta la manera de escribir, tiene una forma simple, pero original, que en cierta forma raya lo gracioso; ocurrente y muy inteligente
Espectacular!!! Hasta donde llega la ambición de una mujer? Y cuan ciego puede ser un hombre...
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