jueves, 4 de septiembre de 2008

2 minicuentos de Sandro Centurión

Entonces el genio salió de la lámpara y le pidió a Aladino que le cumpliera tres deseos.

EL ASESINO NO ES EL MAYORDOMO

El viejo detective de Scotland Yard entró a la sala y lo que vio lo dejó abrumado, estupefacto. En principio intentó esquivar las miradas inquisitivas de los concurrentes al castillo, luego cargó de tabaco su pipa y la encendió. De inmediato dedujo que se trataba de un caso atípico, una anormalidad. También tuvo la suficiente suspicacia para prever que el resultado de la investigación produciría un escándalo en las más altas esferas de la aristocracia londinense. Sabía que a diferencia de otros casos que le habían dado su inmerecida fama, éste podía degradarlo hasta la humillación.
-No va a ser fácil- dijo mientras fumaba la pipa y de reojo observaba el cadáver del mayordomo que yacía sobre la alfombra.

2 comentarios:

Estela dijo...

¡Excelente!
Un placer la lectura de estos micro relatos... y del blog en general.
Orlando... te "descubrí y disfruté" en los Foros y te sigo desde entonces.
Muy generosa la actitud de publicar obras de otros autores...
Te sigo leyendo también desde aquí.

Graciela dijo...

Tu humor y tu escritura me ENCANTAN. Va mi abrazo amigo y admirador.
Gra Bialet