lunes, 15 de diciembre de 2008

Llamado a la solidaridad

-¿Por qué estás triste?- preguntó el condenado a muerte.
-Porque la guillotina no funciona- contestó el verdugo.
-Me alegra- dijo el condenado y soltó una risita aguda.
-Voy a perder mi trabajo si no funciona.
-Me alegra- volvió a reír el condenado.
-Tengo mujer y nueve hijos...la vida en este país es cada vez más difícil. No hay trabajo-se quejó el verdugo.
-Lo siento.
-Estoy desesperado!-gritó y lloró el verdugo.
-Lo siento-volvió a decir el condenado y después, como siempre lo había hecho, comenzó a reparar la guillotina.

O.V.B.

lunes, 1 de diciembre de 2008

Dos cuentos breves de Patricia Calvelo

No te duermas
Se ha despertado transpirada y temblando y por unos minutos le cuesta entender que está de este lado del sueño, que ha sido sólo una pesadilla. Algo abominable la perseguía por túneles oscuros y húmedos, tratando de engullirla con sus enorme fauces malolientes, hasta que pudo llegar hasta una puerta y, al cruzarla, despertó. Más calmada, se dispone a dormir nuevamente. Pero antes de apagar la luz, sólo para reconfirmar que ha sido un sueño, se mira el brazo y entonces ve la huella, nítida y profunda, de los enormes dientes de ese ser que la está esperando, del otro lado, hambriento.
Volver a empezar
Con la última cucharada de azúcar, que no han podido colmar ni raspando el fondo de la azucarera, se miran y comprenden que este intento ha fracasado. Con un beso en la frente y un té de veneno ponen a sus hijos a dormir y se van lejos, a fundar una nueva familia.