El jueves, cuando aún llovía, entré a la biblioteca pública y solicité el retiro de un libro. Con prontitud me dieron una lista de requisitos; la leí e informé que a causa de mi desempleo no tengo un certificado de trabajo estable pero daría referencias.
Luego de ser consultada, la supervisora trajo desesperanzas y alegó que recibía órdenes.
Apelé a su buen criterio y señalé:
-¿Acaso no seríamos menos los desempleados si pudiéramos instruirnos más?
Ella se encogió de hombros con desaprensión, giró y se alejó en silencio.
Salí atribulado al aire húmedo de la ciudad.
1 comentario:
Excelente su autor!!!
Sin dudas que si nos intruímos más, habría más personas inteligentes que tendrían empresas y más empleados capacitados para desempeñar eficientemente las funciones.
También, más políticos capaces de llevar el país adelante.
Analía
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