-¿Por qué estás triste?- preguntó el condenado a muerte.
-Porque la guillotina no funciona- contestó el verdugo.
-Me alegra- dijo el condenado y soltó una risita aguda.
-Voy a perder mi trabajo si no funciona.
-Me alegra- volvió a reír el condenado.
-Tengo mujer y nueve hijos...la vida en este país es cada vez más difícil. No hay trabajo-se quejó el verdugo.
-Lo siento.
-Estoy desesperado!-gritó y lloró el verdugo.
-Lo siento-volvió a decir el condenado y después, como siempre lo había hecho, comenzó a reparar la guillotina.
O.V.B.
5 comentarios:
fue un hermoso accidente encontrar este blog, leí su libro teoria del desamparo, y me enamore de la prosa, de las ironias, de los personajes, de todo, muchas gracias por escribir.
Gracias, Belenchus, por pertenecer a la cofradía de los que todavía leen literatura argentina!
Leí teoría del desamparo, una excelente novela policial.
En cuanto a "llamado a la solidaridad" aunque parezca a "primera vista" un tanto disparatado lo dicho x el verdugo, pedirle ayuda al momento de la ejecución sería como pedirle peras al olmo.
Me agradó mucho y te envío saludos.
Abrí un correo gmail para ingresar al blog. MARCELO
Me gustó mucho este relato breve y me alegra poder leer este tipo de textos en la web. También llegué al blog casi por casualidad y espero poder disfrutar de más escritos. Saludos!
!La solidaridad por encima de todo!
Muy bueno, muy.
Gracias a Rolando conocí tu blogs, como siempre, no se equivoca el maestro.
Saludos.
Mónica
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