Si como una respuesta santa a mí vinieran
en tiempo y forma y con fuego esas palabras,
para decir como se debe aquello que no digo,
liberarme de la imprecisión y de sus lanzas.
Si como una respuesta santa a mí viniera
el definir perfecto de lo que es
dormirse sin plegarias.
Acunar como un demente tanto no olvido,
saberse frente al otro sin las máscaras,
amar y desamar pero no como en los libros,
decir adiós a los temores
pero a la vez cuidar frenético la espalda,
embarcarse en la búsqueda de un todo
para después anclar entre migajas.
Si como una respuesta santa a mí vinieran
con sencillez y con altura esas palabras
prometería olvidar tu belleza
cerrándole mis patios y mis salas,
prometería ver como ellos ven,
llevando a una gran cruz
o a una hoguera tantas ideas vanas.
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