Si quieres ver la belleza en estado puro, amigo mío, acércate al planeta Xionix. Allí verás seres parecidos a nosotros ( o mejor, seres a los cuales nosotros nos parecemos), de soberbia estatura y formas majestuosas, de porte poco inferior al de Adán en su plenitud edénica. Hombres, mujeres y niños de pura lozanía y con el vigor de la eterna juventud, cultivan increíbles campos de dulcísimos frutos. La felicidad y la perfección de fisonomía es total en ellos. Nadie llora, nadie gime, nadie grita; todos cantan y ríen y disfrutan de la naturaleza creada para ellos.
Acércate al planeta Xionix, amigo mío, pero cuídate, cuídate porque en el planeta Xionix sus habitantes son antropófagos.
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